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La lucha silenciosa del exfutbolista Andrés Iniesta
En el verano de 2009, Andrés Iniesta experimentaba uno de los picos más altos de su carrera deportiva tras conquistar el triplete con el FC Barcelona la Liga, la Copa del Rey y la Champions League. Sin embargo, el trágico fallecimiento de su amigo Dani Jarque, víctima de muerte súbita el 8 de agosto mientras jugaba al fútbol, sumió a Iniesta en un profundo estado de dolor y tristeza, desencadenando un episodio de depresión en el futbolista.
En un momento en el que se se encontraba a su mejor nivel físico y futbolístico con el Barça, Iniesta empezó a sentirse vacío a nivel mental. Sobre el césped, el centrocampista manchego demostraba su habitual calma y mantenía su metódico estilo de juego mientras enmascaraba un malestar y una desazón que pocos podían imaginar que estaba sufriendo.
A finales de ese mismo año 2009, Iniesta ingresó voluntariamente en un centro para recibir ayuda psicológica profesional. Fue diagnosticado con depresión clínica, una realidad que ocultaría a la mayoría de sus compañeros de equipo durante años.
